Es Lima, la horrible, 18 de octubre, viernes de procesión, de caos vehicular, de protestas de los transportistas, de delincuencia, de toma de universidades, de gobiernos que juegan a gobernar con cirugías plásticas, una larga caminata con 30 padawans que intentarían escribir una crónica periodística con sus espaditas láser.

Caminamos por las calles ruidosas y llegamos al Centro Cultural de España a escuchar Jazz ¿es eso posible? ¿en qué planeta? ¿qué mente retorcida escucha jazz en esta época de reggaetón y k-pop?

Javier Moreno y Clara Luna llegaron por primera vez a Lima para participar en el ciclo de Jazz europeo 2024 y compartir momentos con jóvenes músicos peruanos en un taller organizado por la embajada de España en el Perú. Su proyecto Duérmete Mundo, inspirado en canciones de cuna de diversas culturas, les ha permitido viajar hablando en el lenguaje universal de la música.

Fue inevitable emocionarme cuando Ruth Torres, la guitarrista del taller, contó en un vídeo que su padre le presentó una guitarra cuando era niña y le enseño a cantar “ventanita, ventanita silenciosa, estás triste y desolada como yo…” recordé a mi papachato (así le gustaba que lo llamaran sus nietas) que, se fue con su guitarra a tocar entre las nubes hace dos años, y que me enseñó, cuando cumplí 12 años, las pocas notas que sabía, me compró mi primera guitarra a los 15 y cantaba  conmigo Una copa más de su trío favorito los panchos.

¿Tocarán un rock? ¿una salsita al menos? No, hoy es noche de Jazz, no estamos para banalidades, mis wookies y yo hemos venido en plan periodístico, así que nada de superficialidades.

Ni modo, noche cultural para todos, a escuchar canciones de cuna del Brasil, de Cuba, de Estonia, de Japón, de España. Noche propicia para escuchar Alfonsina y el mar en la voz del contrabajo de Javier, que sin letra parece cantar la famosa canción dedicada a Alfonsina Storni, quien se suicidó lanzándose al mar una noche triste de 1938, porque este mundo era demasiado feo: “…te vas Alfonsina con tu soledad ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?”

La voz melodiosa y suave de Clara: “la Nena merced ya no sabe que hacer… viene babalao y te da pao pao”, “Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de la canela…” canciones que en mayor o menor medida emocionaban de diferente manera al público presente.

La cultura es tan escasa en estás épocas. Demasiado TikTok y mensajitos por Whatsapp. Ojalá mis estudiantes de comunicación comprendan que la cultura es un superpoder, y que un gran poder, conlleva una gran responsabilidad (filosofía arácnida); también que solo serán mejores personas si son más cultos y tienen más herramientas para la vida. Para contrarrestar la depresión crónica y los impulsos suicidas, un poquito de arte, un poquito de Jazz.