¿POR QUÉ ODIAMOS A ARJONA?
Es un sentimiento compartido, irracional, tal vez injusto, quizá fruto de la envidia, o percepción subconsciente de su falta de sinceridad o de humildad.
No nos ha hecho nada, es inocente, pero nos tortura con su frases hechas, con sus poses de filósofo de cuarto de hotel, con su look de pelucón subte, con letras sobre temas profundos y que, sin embargo, suelen ser superficiales.
El Coelho de la canción, el Shakespearito de la poesía, el poeta de los clichés. Aquí un breve recuento de las razones por las que miles de personas como yo -en contraparte de los millones de admiradores que lo siguen- escuchamos sus canciones con náuseas estéticas y arcadas emocionales.
1. Por querer imitar a Sabina (y a otros) sin lograrlo.- Las investigaciones policiacas no han tenido todavía resultados contundentes, pero indicios y sospechas hay muchas. Los parecidos no son literales pero digamos que sospechosos:
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera, contarle que el universo era más ancho que sus caderas, le dibujaba un mundo real no uno color de rosa, pero ella prefería escuchar mentiras piadosas. (Joaquín Sabina, Mentiras Piadosas, 1990)
Yo no quería mentir me hiciste un mentiroso; hoy solo digo lo que tú quieres oír como un acto piadoso. (Ricardo Arjona, Mentiroso, 1999)
O tal vez:
Extraño como un pato en el Manzanares, torpe como un suicida sin vocación, absurdo como un belga por soleares, vacío como una isla sin Robinson, oscuro como un túnel sin tren expreso, negro como los ángeles de Machín, febril como la carta de amor de un preso, Así estoy yo, así estoy yo, sin ti. (Sabina. Así estoy yo sin ti, 1987)
Como querer bajar a pedradas una estrella fugaz, como querer encontrarse un humano sin antifaz, como decir que Hitler murió en paz, y que el guasón jamás uso un disfraz. Como decir que Madonna es puritana y conservadora o asegurar que Donald Trump vive en un departamento en mora, y que Lucía y la Vero se adoran, y que Pablito Ruiz canta en la nueva trova, Así de ilógica es mi vida sin ti (Arjona, Así de ilógico, 1991)
Pero ¿Por qué estamos comparando a Sabina y a Arjona? Podemos comparar las canciones de Arjona y Silvio Rodríguez también:
El Problema. Silvio Rodríguez (1991) El Problema. Ricardo Arjona (2003) Mujeres. Silvio Rodríguez (1978) Mujeres. Ricardo Arjona (1992) Tocando Fondo. Silvio Rodríguez (1994) Tocando Fondo. Ricardo Arjona (2008)
Sin comentarios. Tal vez fue al revés, Sabina copió a Arjona (Como copió a Brassens), y claro, Mozart copió a Salieri.
2. Porque le falta cuidado estético en sus letras.- No todas las canciones de Arjona son malas. Uno encuentra en ellas metáforas bien logradas. Éstas hacen que sus seguidores lo eleven al altar de poeta; sin embargo suele acompañar sus bellas frases con frases hechas, o expresiones realmente burdas que echan a perder cualquier canción con espectacular contundencia:
…Si me dices que sí, se fugará lo incierto y esa cosquilla en la panza cuando estás por venir... (Dime que no, 1998)
mejor todavía:
...Una copia de un Van Gogh, catorce deudas, y solo un saldo a mi favor, y es que cuando llegas por las noches le pones el ruido a mi colchón. (Millonario de luz. 1998)
Que tal esta frase:
...Te saludaba con mi cara de asustado, mientras le pedía a Dios que se tapara el escusado. (El Portero. 1994)
¿Linda no? Tal vez sólo sean pachotadas de la intuición para llegar a los públicos masivos, y funciona.
3. Por su pretensión de tener respuestas para todo.- Arjona pretende ser un filósofo que tiene soluciones, que da reglas morales, que pontifica. Por eso los intelectuales lo detestan ¿Qué sabe él de la vida? Vemos su pose de sabio mezclada con una prosa dura carente de originalidad. He escuchado a más de una jovencita hablar de la profundidad de las letras de Arjona, de su ética social, de su perspectiva del amor y de la realidad que enuncia en sus canciones. Esto nos suele desagradar a quienes no pensamos como él. Tal vez a los jóvenes, que buscan respuestas, la filosofía Arjoniana les dé vislumbres de sabiduría, para los que leemos un poco, nos resulta incómodo que nos esté dando consejos todo el tiempo.
4. Porqueloodiamospues.- Que me perdonen las chicas de su club de fans, las señoras de las cuatro décadas, las mujeres de las que escribió Neruda y a las que pintó Picasso. El odio es irracional, pero curiosamente somos legión los que pensamos lo mismo, tal vez lo odiamos de una vida pasada (No eres tú soy yo) o percibimos subconscientemente su comunicación no verbal que nos dice que es poco sincero. Serán culpables los aspectos astrológicos de su carta natal, pero a pesar de algunas buenas letras, no llega a caernos bien. Lo percibimos engreído y preten-cioso y a la vez cotidiano y común.
Perdónenme arjonianas del mundo, fans de los pingüinos en la cama, de las novias viejas y de los minutos que son cadáveres de momentos. Perdonen a este hereje blasfemo que injuria a un ídolo de la canción, hijo predilecto de Guatemala, que ha vendido en su carrera más de treinta millones de discos y es considerado uno de los cantautores más exitosos de latinoamérica.